Dicen que ante la crisis las mujeres han optado por pintarse
los labios de rojo, y tiene su lógica, el pintalabios es una forma de animarse,
transmite seguridad, pasión y valentía. Y no lo digo yo, lo dice Leonard
Lauder. El ex presidente de Esteé Lauder vio como las ventas del labial rojo
aumentaban por segundos después de los atentados del 11 de septiembre en EEUU,
como también sucedió en la Gran Depresión y en la posguerra, cuando ya no había nada y estaba todo por reconstruir.
Es el primer signo de recuperación, a todos los niveles.
Yo debo estar en ese punto porque últimamente me ha dado por
pintarme los morros rojos, muy a lo Marilyn, y es que tienen ese poder casi terapéutico.
Es plantarte frente al espejo, pintarte los labios de rojo pasión y automáticamente
ser invadido por una sensación de “puedo con todo”.
La cosa es que se ha vuelto un poco adictivo y estoy
acumulando unos cuantos en mi neceser. Mi madre (que no es muy fan de los labios
rojos) no para de decirme que deje de
comprarme tantos, que todos son iguales, rojos, pero yo que queréis que os diga, a todos les
saco un punto diferente que los hace especiales. Mi última adquisición ha sido
el Lip Pencil Dragon Girl de Nars. Poco más que decir. Amor del
bueno.
Y vosotras ¿sois de las que también creéis en el red effect? ¿Os sube la autoestima?
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