Hace poco leí un post de June Lemon Jukebox sobre las segundas veces que me hizo
reflexionar sobre el tema.
Cuando uno se enamora
profundamente, cuando uno conoce a una persona que le complementa, le llena, le
alegra la vida, le pone la piel de gallina y se acaba; no se puede evitar
pensar ¿volveremos alguna vez a querer como quisimos?
Pregunta que te persigue como un fantasma y que con el
tiempo simplemente se acaba aceptando, sin agobios por estar casi segura de saber la
respuesta. A mí también me dijeron una
vez eso de “que te quieran menos pero
que te quieran mejor” lema que tengo grabado a fuego. Y si sabes seguirlo, se aprende a
vivir mejor y más tranquilo cada día.
Hablando de amores profundos
y pasionales no he podido evitar acordarme de Elizabeth Taylor y Richard
Burton. Ella se casó 8 veces, él 5, pero sólo ellos fueron los verdaderos amores
de sus vidas. No se entendían, pero el fruto de esos desencuentros desbocaba en
un auténtico volcán de sentimientos. Se casaron en 1964 y tras monumentales
discusiones, separaciones temporales y una hija en común llegó el divorcio
después de 10 años de convivencia. Sin embargo, su amor no se había acabado.
Por eso, en 1975 volvieron a casarse.
Como dice June, ni
todo lo pasado fue mejor, ni las segundas partes nunca fueron buenas.
Mucho amor
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